Un nuevo estudio de la Escuela de Salud
Pública de Harvard (HSPH), ha dado como resultado que el consumo de carne roja
se asocia con un mayor riesgo de mortalidad por fallo cardiovascular y cáncer. En
cambio, la sustitución de la carne roja en la dieta por otras fuentes de
proteínas saludables como el pescado, el pollo, las nueces y las legumbres, se
asoció con un menor riesgo de mortalidad.
An Pan, líder de la investigación en el
Departamento de Nutrición de la HSPH afirma: “Nuestro estudio añade más
evidencia de los riesgos para la salud de comer grandes cantidades de carne
roja, que otras investigaciones han asociado con la diabetes tipo 2, con las
enfermedades coronarias, los accidentes cerebrovasculares y ciertos tipos de
cáncer”.
El estudio se deriva de la observación de 37.698
hombres durante 22 años y 83.644 mujeres durante 28 años, todos libres de
enfermedad cardiovascular y de cáncer al inicio del estudio. Las dietas fueron
evaluadas mediante cuestionarios cada cuatro años. Se documentaron 5.910
muertes por enfermedades cardiovasculares y 9.454, por cáncer. El consumo
regular de carne roja o carne procesada se asoció con un mayor riesgo de
mortalidad. Una porción diaria de carne roja sin procesar (aproximadamente del
tamaño de una baraja de cartas) se asoció con un riesgo de mortalidad un 13%
mayor, mientras que una porción diaria de carne procesada (un perrito caliente
o dos tiras de beicon) se asoció con un 20% más de riesgo de mortalidad.
Entre las causas específicas, el riesgo fue
de un 18% para los hombres y un 21% para las mujeres en la mortalidad
cardiovascular y el 10% en hombres y el 16% en mujeres en la mortalidad por
cáncer. En estos análisis se tuvieron en cuenta los factores de riesgo de
enfermedades crónicas tales como la edad, el índice de masa corporal, la
actividad física y los antecedentes familiares.
La
carne roja, especialmente la carne procesada, contiene los ingredientes que se han
relacionado con un mayor riesgo de enfermedades crónicas, tales como
enfermedades cardiovasculares y cáncer. Estos incluyen hierro hemo, grasas
saturadas, sodio, nitritos y ciertas sustancias cancerígenas que se forman
durante la cocción.
La sustitución de una porción de carne roja
por una porción de una fuente de proteína saludable se asoció con un riesgo de
mortalidad más bajo: 7% para el pescado, 14% para las aves, 19% para las
nueces, 10% para las legumbres, 10% para los productos lácteos bajos en grasa y
el 14% para los cereales integrales. Los investigadores estiman que el 9,3% de
las muertes en hombres y el 7,6% en mujeres se podrían haber evitado al final
del seguimiento si todos los participantes hubieran consumido menos de 0,5
porciones diarias de carne roja.
Este estudio proporciona pruebas claras de
que el consumo regular de carne roja, especialmente la carne procesada,
contribuye sustancialmente a la muerte prematura. Por otra parte, la elección
de las fuentes más saludables de proteína en lugar de carne roja puede conferir
beneficios para la salud al reducir la morbilidad y mortalidad de las
enfermedades crónicas.
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Fuente: “Red Meat Consumption and Mortality,” An Pan, Qi Sun, Adam M.
Bernstein, Matthias B. Schulze, JoAnn E. Manson, Meir J. Stampfer, Walter C.
Willett, Frank B. Hu, Archives of Internal Medicine, online March 12, 2012