Es probable que la artrosis sea la enfermedad más antigua de la
Tierra. Ya las momias descubiertas en Egipto la tenían al igual que el hombre
prehistórico. Cientos de miles de españoles la padecen en la actualidad y su
número seguirá incrementándose.
Cuando leas esto, quizás tengas artrosis o conozcas a alguien
que la padece. Existen numerosos libros que dan información sobre nuevos
tratamientos con fármacos potentes e, incluso, cirugía, pero sigue sin existir ningún
"milagro" nuevo para su curación, simplemente presentan la forma de
evitar el dolor sin necesidad de recurrir a los fármacos. Hay mucho que podemos
hacer en casa, sin un equipo demasiado caro, dolor o riesgo.
Pierde peso, gana alivio. No existe
una comida o dieta mágica que haga desaparecer el dolor de la artrosis. Pero,
si tienes un peso excesivo y logras adelgazar esos kilos de más a base de
ejercicio y una dieta equilibrada, reducirás una cantidad significativa del
estrés y dolor que sientes en la columna vertebral, rodillas, caderas, tobillos
y pies.
La razón es que cuanto mayor es el sobrepeso, mayores serán la
tensión y la presión ejercidas sobre las articulaciones, lo que incrementa la
tensión sobre el cartílago, que a su vez actúa sobre el hueso, aumentando la
inflamación, la hinchazón y el dolor.
La solución consiste en buscar junto con tu médico la dieta más
adecuada para ti y cumplirla.
Estírate suavemente
para adquirir mayor fuerza y movilidad. Cuando existe artrosis, el movimiento produce dolor,
pero la inmovilidad es aún más perjudicial. Los movimientos incorrectos causan
daño, mientras que los adecuados promueven la curación.
Muchos médicos prescriben yoga
a los pacientes que sufren artrosis, porque sus movimientos favorecen la
alineación de las articulaciones deformadas. Los músculos se alargan y
vigorizan. Considera la posibilidad de acudir a sesiones con un profesor
experimentado o, en su defecto, cómprate un libro sobre las posiciones
correctas del yoga. Lo importante es recordar que un ejercicio de yoga bien
concebido es la clave para restituir la salud a las articulaciones artrósicas.
Practica ejercicios dentro de los límites impuestos por la enfermedad, pero no
te quedes inmovilizado.
Busca alivio con menos
estrés. Si sientes
dolor y se te contraen los músculos, el dolor que sentirás será aún mayor. Las
personas que logran cierto control de su vida tienen más posibilidad de dominar
el dolor.
Recientes investigaciones han demostrado la importancia que
ejerce la actitud psicológica en la artrosis.
- No corras: Las
personas con artrosis deben aprender a caminar con pasos lentos y a no tratar
de hacer todo aquello que suelen hacer cuando se sienten bien, ya que lo único
que consiguen es cansarse y sentir más dolor al día siguiente. Intenta hacer un
poco cada día, y no te enfades por no poder hacerlo todo.
- Aprende a relajarte.
Aunque te sorprenda, las lecciones de preparación al parto podrían ser de gran
utilidad, porque te enseñan a enfrentarte al dolor mediante la relajación.
Las articulaciones inmóviles se vuelven dolorosas. Si nos
centramos en el dolor, sentiremos cómo éste aumenta, pero si dirigimos nuestra
atención a otras cosas que también son importantes, el dolor disminuye o,
incluso, desaparece.
Prevención nocturna
para aliviar la rigidez matinal. Alrededor del 90 % de los pacientes que sufren artrosis padecen
cierto grado de rigidez matinal. Se aconseja aplicar un ungüento sobre el
músculo ante de irse a la cama, ya que relaja y añade un impulso psicológico,
ya que las personas con artrosis tienden a sentirse mejor durante el día si
cuando se levantan por la mañana no están rígidos.
Flotar ayuda a
disminuir el dolor.
Las investigaciones han demostrado que flotar en los llamados tanques
flotantes, también conocidos como tanques de aislamiento, en los que uno se
encuentra privado de las percepciones sensoriales, puede aliviar el dolor.
Se recomienda permanecer alrededor de una hora en el tanque. El
dolor disminuye debido a que se produce una reducción de la tensión. El cuerpo
y los músculos se relajan y esto hace que se estimule la liberación de las
endorfinas, sustancias naturales calmantes secretadas por el organismo.
El agua de los tanques se halla a 20 º, (la misma temperatura de
la piel) y, como el aire en el ambiente es caliente y tranquilo, se consigue
así una relajación profunda.
Mezcla aceite y agua. Se han efectuado experimentos en
pacientes que padecen de artrosis en las manos con resultados positivos.
Se recomienda calor y un ungüento de eucalipto con base
oleaginosa, utilizado tanto para la artrosis como para la artritis reumática.
Este producto puede utilizarse en combinación con calor húmedo,
especialmente cuando una persona siente cierta rigidez o dolor.
Frotar y cubrir la articulación. El calor húmedo puede aplicarse
mediante toallas calientes o introduciendo las manos o los pies directamente en
agua caliente.
Los ejercicios en el
agua hacen maravillas.
Pregunta a varios médicos sobre los méritos de cualquier tratamiento para la
artrosis y obtendrá diferentes opiniones. Pero si les preguntas sobre los
ejercicios en el agua, sorprendentemente todos coincidirán.
Los ejercicios en el agua son excelentes, ya que el dolor
disminuye de manera significativa y, además, tu cuerpo adquiere mayor
flexibilidad.
Las técnicas de los ejercicios para principiantes son muy
fáciles de aprender; consisten en flotar, caminar y flexionar el cuerpo en el
agua a la altura del pecho. Los movimientos más avanzados se asemejan a los
pasos de una danza acuática concebida para obtener una mayor ventaja de la
resistencia natural del agua y una posibilidad de flotación mayor.
Haz partícipe a tu
pareja. Se
recomienda ser atento y colaborador no sólo cuando el cónyuge se siente mal,
sino también cuando se encuentre bien y activo. Este es el momento para
decirle: ¡Qué feliz me siento al verte hacer cosas! Las alabanzas son muy
importantes y a menudo nos olvidamos de hacerlas.
Usa hielo para prevenir
el dolor. Se
recomienda el frío como tratamiento para las articulaciones cuando éstas se
encuentran fatigadas debido al exceso de trabajo físico. Se puede aplicar
tanto un trozo de hielo como una bolsa con cubitos durante 15-20 minutos; luego
se retira 10-15 minutos y, si es necesario, se puede repetir la secuencia
durante horas.
Aplica calor para
reducir el dolor. Cuando
las articulaciones se calientan, se hinchan y se vuelven más sensibles. En este
caso el calor es la mejor solución; el frío, en cambio, las dañaría más.
No sobreprotejas las
articulaciones. Es
importante que las personas con artrosis sigan un programa de ejercicios de como
caminar, montar en bicicleta o nadar, porque con estas actividades las
articulaciones no se resienten. Puede efectuarse cualquier tipo de ejercicio
tolerable, con el objetivo de que la velocidad del pulso se eleve al menos a
120 pulsaciones por minuto, lo que redundará en un beneficio para los pulmones
y el corazón.
Algunas investigaciones han demostrado que el ejercicio vigoroso
puede dar excelentes resultados en los pacientes con artritis reumática, así
como mejorías en los planos fisiológico y psicológico.
En una prueba cuyo objetivo era comprobar si los síntomas de la
fatiga y de la depresión eran el resultado de malas condiciones físicas, se
sometió a 54 pacientes a un programa con ejercicios de aerobic de bajo impacto.
Se concluyó que el ejercicio vigoroso no solo no provoca inflamación en las
articulaciones, sino que, en cambio, éstas mejoran con el andar, las actividades
físicas y el estado físico general, al mismo tiempo que se favorece la disminución
del dolor en las articulaciones, la hinchazón y el malestar general.
Abandona los calmantes. Las píldoras para dormir, los tranquilizantes
y los narcóticos forman una parte importante de la vida de los que padecen
artrosis. Cada vez se requieren dosis mayores para obtener el mismo efecto y, a
la larga, terminan por ocasionar más problemas de los que resuelven.
Se recomienda sustituir gradualmente el uso de los fármacos
mencionados por la bioretroacción u otra terapia similar o por calmantes como
la aspirina o el ibuprofeno, que no son narcóticos. Esto se debe hacer siempre
con la ayuda de su médico.
Aceite de pescado para
calmar el dolor.
Mucha gente utliiza el aceite de pescado como calmante.
En algunas investigaciones se comprobó una mejoría en la fatiga
y la sensibilidad de las articulaciones en pacientes con artritis reumática que
habían ingerido cápsulas de aceite de pescado.
Los ácidos grasos omega-3 presentes en el aceite de hígado de
bacalao ayudan a aliviar los síntomas de la artritis reumática, brindando al
organismo una cantidad importante de vitaminas D y A. La Vitamina D es necesaria
para el fortalecimiento de los huesos, y la Vitamina A tiene efectos
antiinflamatorios.
Su ingestión debe limitarse a una cucharadita de aceite de
hígado de bacalao por día, una mayor cantidad podría causar problemas
hepáticos. Consulte con su médico si considera que necesita un suplemento de
aceite de pescado o de Vitamina D. Asimismo, puede optar por una dieta baja en
calorías que incluya pescado como la caballa o el salmón, que también contienen
ácidos omega-3.
Los masajes. El masaje para aliviar el dolor debe
hacer trabajar los músculos cuyos tendones se insertan en las articulaciones
dolorosas. Por ejemplo, si tienes artrosis en las manos, se debe efectuar el
masaje en el antebrazo, desde las muñecas hasta el codo, usando la técnica de
la compresión. Para ello, debe ejercer presión sobre el músculo, con la base de
la palma de las manos, el pulgar o el codo, mantenerla durante varios segundos
y luego soltarlo. Para la artrosis en el talón o en el pie, se masajean la
pantorrilla y la cara anterior de la pierna.
Aumenta la ingestión de
Vitamina C. Los
estudios han demostrado que las personas con artritis reumática son deficientes
en vitamina C. La falta de esta vitamina empeora la artritis reumática, y un
aumento de su aporte, en cambio, produce una regresión de la enfermedad.
La vitamina C es un muy buen remedio casero para los que padecen
artritis reumática. 500 mg al día lograrán la proporción necesaria para obtener
sus beneficios. No obstante, antes de embarcarse en una terapia con vitamina C,
consulte a su médico.
Abstente de ciertos
alimentos. Cuando
los pacientes con artritis reumática evitan ciertos alimentos y productos
lácteos los resultados son muy significativos. Entre ellos cabe citar las
patatas blancas, los tomates, las berengenas y todos los pimientos (excepto la
pimienta negra).
Quien padece artrosis debería seguir una dieta personalizada
acordada con su médico.
Elimina los aceites
vegetales. No hay
duda de que los aceites vegetales son beneficiosos para la mayor parte de la
gente pero, según se ha demostrado, las personas con artrosis constituyen un
caso especial y necesitan disminuir su consumo y, al mismo tiempo, aumentar el
de aceites ricos en ácidos grasos omega-3.
Se trata de evitar productos como las ensaladas condimentadas,
las comidas fritas y las margarinas, puesto que contienen aceite. Estas comidas
contienen una alta proporción de ácidos grasos omega-6, que causan inflamación
a los enfermos con artritis reumática. Hay dos aceites que son bajos en ácidos
omega-6: el aceite de canola, que se obtiene de la colza, y el aceita de oliva.
Ambos deben usarse con moderación, para obtener un nivel máximo de grasa
inferior al 30 % de las calorías totales.
Consume zumo de
zanahoria. El ayuno
con jugo de vegetales reduce significativamente el dolor en los pacientes con
artritis reumática.
Son muy recomendables los zumos de zanahoria, apio, col o
tomate. Para comenzar, se debe hacer un ayuno estrictamente basado en el consumo
de zumos vegetales un solo día de la primera semana. La siguiente semana el
ayuno se efectúa dos días, por ejemplo, lunes y miércoles, y la tercera tres
días (lunes, miércoles y viernes). Sin embargo, consulte con su médico antes de
comenzar cualquier dieta.
FUENTE: The
Doctors Book of Home Remedies. Cúpula Salud.