domingo, 16 de septiembre de 2012

¿Es tóxico el azúcar?

Robert Lustig es un especialista en trastornos hormonales pediátricos y el principal experto en obesidad infantil de la Universidad de California, San Francisco que es una de las mejores escuelas de medicina de Estados Unidos. Lustig publicó su primer trabajo sobre la obesidad infantil hace doce años, y desde entonces ha estado tratando a los pacientes obesos e investigando el trastorno de la obesidad.

El 26 de mayo de 2009, Robert Lustig dio una conferencia titulada "Azúcar: La amarga verdad", que fue publicada en YouTube un par de meses después. Desde entonces, se ha visto más de 2.500.000 veces, obteniendo 50.000 nuevos espectadores por mes.

El éxito de su conferencia, se debe a que analiza el azúcar como una "toxina" o "veneno", términos que utiliza juntos 13 veces en el transcurso de la conferencia, además de las cinco referencias al azúcar como "mal". 

Lustig entiende por “azúcar” no sólo la sustancia blanca granulada que ponemos en el café y en los cereales (técnicamente conocido como la sacarosa), sino también al jarabe de maíz alto en fructosa, al que Lustig llama "el aditivo más demonizado que conoce el hombre."

"El azúcar no es sólo una caloría vacía", dice, "y su efecto en nosotros es mucho más insidioso". "No se trata de las calorías. No tiene nada que ver con las calorías. Es un veneno por sí mismo.", dice.

Si Lustig está en lo cierto, el consumo excesivo de azúcar es la principal razón de que el número de obesos y diabéticos se haya disparado en los últimos 30 años. Y es también la causa probable de otras varias dolencias crónicas consideradas como enfermedades del estilo de vida occidental - las enfermedades del corazón, hipertensión y muchos cánceres comunes entre ellas.

El número de espectadores que ha atraído Lustig sugiere que la gente está prestando atención a su argumento. Él está dispuesto a insistir públicamente y sin ambigüedades que el azúcar es una sustancia tóxica para las personas. Para Lustig, el azúcar debería ser tratado, como los cigarrillos y el alcohol, como algo que nos está matando.

Esto nos lleva a la pregunta relevante: ¿Puede el azúcar ser tan malo como Lustig dice que es?

Una cosa es sugerir, que una dieta saludable incluye más frutas y verduras, y menos grasa, carne roja y sal y otra totalmente diferente es afirmar que un ingrediente especialmente apreciado en la dieta no sólo podría ser una indulgencia poco saludable, sino en realidad ser tóxico. Que cuando hacemos un pastel de cumpleaños para los niños o les damos limonada en un día caluroso de verano, les estamos haciendo más mal que bien, a pesar de todo el amor que va con ello.

Sugerir que el azúcar nos puede matar es lo que hacen los fanáticos. Pero Lustig, ha acumulado y sintetizado una gran cantidad de pruebas lo suficientemente convincentes como para condenar el azúcar.

Lustig utiliza la palabra "azúcar" para referirse tanto a la sacarosa - Remolacha y caña de azúcar, ya sea blanca o marrón – como al jarabe de maíz alto en fructosa. Este es un punto crítico, especialmente porque el jarabe de maíz alto en fructosa se ha convertido realmente en "el punto clave de la desconfianza de todos los alimentos procesados", dice Marion Nestle, una nutricionista de la New York University y autora de "La política de Alimentos.

El jarabe de maíz con alto contenido en fructosa

A principios de 1980, el jarabe de maíz con alto contenido en fructosa comienza a utilizarse para sustituir al azúcar en los refrescos y otros productos, en parte, porque el azúcar refinado entonces tenía la reputación de ser un nutriente generalmente nocivo. El jarabe de maíz con alto contenido en fructosa  fue introducido por la industria alimentaria como una alternativa saludable, y así es como el público lo percibía. Además era más barato que el azúcar. Ahora la marea está rodando en sentido contrario, y el azúcar refinado está haciendo una reaparición comercial como la alternativa saludable a este supuestamente nocivo de maíz.

En cambio, para Lustig "El punto es que son igual de malos, igual de venenosos".

El jarabe de maíz con alto contenido en fructosa se comercializó por primera vez a finales de 1970 y fue creado para ser indistinguible de azúcar refinada cuando se utiliza en las bebidas no alcohólicas. Porque cada uno de estos azúcares se transforman en glucosa y fructosa en nuestras entrañas, nuestros cuerpos reaccionan de la misma manera a los dos, y los efectos fisiológicos son idénticos.

Las últimas investigaciones llevadas a cabo por Mike Pagliassotti del departamento de Ciencia de los Alimentos y Nutrición Humana de la Universidad de Arizona, “han revelado que la fructosa causa resistencia a la insulina”. A la misma conclusión llega Luc Tappy, investigador del departamento de Fisiología de la Escuela de Biología y Medicina de la Universidad de Lausanne, en Suiza y toda una autoridad mundial en el tema.

En la actualidad, son muchas las grandes organizaciones en defensa de la salud las que establecen unas directrices dietéticas que sugieren evitar el consumo de azúcares respaldándose en que el azúcar refinado no viene con ninguna proteína, vitaminas, minerales, antioxidantes o fibra y que desplazan a otros elementos más nutritivos de la dieta.

Lustig (y otros bioquímicos) argumenta sin embargo, que no se trata solo del consumo de calorías vacías, sino de la forma en que el cuerpo humano metaboliza la fructosa, que es lo que hace que sea singularmente perjudicial, al menos si se consume en cantidades suficientes.

 Fuente: The New York TimesGary Taubes autor de “Why We Get Fat.”


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