jueves, 20 de septiembre de 2012

Leche de almendras


La leche de almendras no contiene ni lactosa ni colesterol. Destaca por su agradable sabor y es muy digestiva ya que no provoca fermentaciones intestinales. Es especialmente recomendada para los niños y madres lactantes, así como para los convalecientes.

Almendras
Almendras
En la Edad Media no existían los refrigeradores ni las neveras por lo que la leche de origen animal no se mantenía fresca mucho tiempo. La mayoría de los cocineros no utilizaban la leche de origen animal para sus recetas salvo ya transformada en queso y mantequilla.

En lugar de leche animal, utilizaban la leche de almendras o nueces por su consistencia lechosa, por su fácil preparación y por su alto contenido en grasas naturales, pero principalmente porque se podía almacenar bastante tiempo sin peligro de degeneración. Debido a su alto contenido en grasa, puede obtenerse mantequilla de ella, igual que sucede con la leche de vaca.

La leche de almendras es fácil de hacer en casa:

Mezclar una taza de almendras con dos tazas de agua hirviendo. Batir con la batidora eléctrica hasta que las almendras sean absorvidas por la mezcla. Tamizar la mezcla con un paño fuerte de algodón para eliminar los restos. De esta mezcla se obtienen dos tazas de leche de almendras.

Composición por cada 100 g
  • Calorías                      660
  • Proteínas                    21 g
  • Grasas                       54,2 g
  • Hidratos de carbono   17,3 g
  • Vitaminas                   A, B1, B2, E
  • Minerales                   Ca
  • Ácido oléico

Propiedades
  • Reduce los niveles de colesterol
  • Supone un aporte vitamínico
  • Facilita la digestión
  • Es útil en las etapas de crecimiento
  • Recomendada para embarazadas y lactantes
  • Efecto reparador en convalecencias

Nota: La leche de almendras no es un sustituto adecuado de la leche materna o fórmulas hidrolizadas en niños menores de dos años de edad, debido al bajo contenido de proteína.