domingo, 30 de septiembre de 2012

Cómo afecta el sueño a nuestro cuerpo


Los requerimientos y expectativas de la sociedad moderna han impuesto demandas crecientes en nuestro tiempo, que hoy más que nunca la gente está compensando reduciendo el tiempo de sueño.


El coste de la falta de sueño es mucho mayor de lo que la mayoría de la gente reconoce. De hecho, dormir menos de 6 ó 7 horas cada noche, aumenta el riesgo de desarrollar diversas enfermedades. El tiempo y la duración del sueño afectan a un número de enfermedades endocrinas, metabólicas, neurológicas y a funciones que son esenciales para el mantenimiento de la salud individual. La falta de sueño se asocia con un mayor riesgo de:

  • Enfermedades del corazón
  • Hipertensión (La deficiencia de sueño produce estrés. El cuerpo entra en estado de alerta provocando un aumento de la presión arterial y la producción de hormonas del estrés. La mayor presión arterial aumenta el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Las técnicas de relajación contrarrestan los efectos del estrés).
  • Obesidad (La personas que duermen menos de siete horas por noche son más propensas a tener sobrepeso u obesidad. La falta de sueño afecta el equilibrio de las hormonas en el cuerpo que afecta el apetito. Las hormonas grelina y leptina, importantes para la regulación del apetito, se ven afectadas por la falta de sueño. Así que si tienes interés en perder peso, no te olvides de tener una noche de sueño reparador).
  • Diabetes
  • Diversas causas de mortalidad
  
Cómo la privación del sueño afecta al rendimiento mental
Niño dormido
Autor: Anders Zorn
La primera evidencia científica de la relación entre el sueño y el rendimiento se remonta a principios de la década de 1930, cuando Nathaniel Kleitman, una de las figuras más importantes en el campo de la medicina del sueño, descubrió un patrón diario en la velocidad y la precisión del rendimiento cognitivo. Demostró que, incluso en individuos bien descansados había una disminución en el nivel de desempeño individual que se producía por la mañana y otra vez por la noche. Así, incluso cuando estamos durmiendo el tiempo que necesitamos, podemos contar con fluctuaciones normales en nuestra capacidad para funcionar.

Además, no dormir lo suficiente, ya sea por una noche o en el transcurso de semanas o meses, afecta negativamente a nuestro estado de ánimo, nuestra capacidad de concentración, y nuestra capacidad de acceder a funciones cognitivas de nivel superior. La combinación de estos factores es lo que generalmente se refiere como el rendimiento mental.

El efecto más inmediato de la privación del sueño es la somnolencia. En nuestra vida diaria, podemos experimentar esto como una fatiga general, falta de motivación, o incluso la experiencia de cabecear. Después de un periodo de privación de sueño, los electroencefalogramas miden cambios notables en la actividad cerebral. Estos cambios corresponden a un nivel más bajo de alerta y una propensión general a dormir. Todos los períodos de vigilia continua más allá de las típicas 16 horas generalmente conducen a estos cambios mensurables.

Además de la sensación de la somnolencia y los cambios en la actividad cerebral que acompañan a una noche sin dormir, otras medidas del rendimiento son notablemente alteradas. La concentración, la memoria, la capacidad matemática y el razonamiento lógico son otros aspectos de la función cognitiva que se ven comprometidos por la falta de sueño. Sin embargo, no todas estas funciones se basan en las mismas regiones del cerebro, ni están afectados por la privación del sueño en el mismo grado. Por ejemplo, la región del cerebro conocida como la corteza prefrontal (PFC) es responsable de muchas funciones cognitivas de nivel superior y es particularmente vulnerable a la falta de sueño. Como resultado, las personas que están privadas de sueño comenzarán a mostrar déficit en muchas tareas que requieren un razonamiento lógico o el pensamiento complejo.

La evidencia de que la falta de sueño conduce a malos resultados es clara. A medida que la prevalencia de la insuficiencia de sueño crece y las exigencias del cambio de trabajo son mayores, cada vez es más crítico que reconozcamos y tomemos medidas para mitigar el impacto que la falta de sueño tiene en nuestra seguridad y bienestar.

Sueño puede prevenir el cáncer
Las personas que trabajan el turno de noche tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de mama o cáncer de colon. Los investigadores creen que este vínculo se debe a los diferentes niveles de melatonina en personas que están expuestas a la luz por la noche. La exposición a la luz reduce el nivel de melatonina, una hormona que nos hace dormir y que se cree que protege contra el cáncer, ya que parece inhibir el crecimiento de tumores. Asegúrate de que la luz no permanece encendida hasta tarde y de que tu cuarto sea oscuro para ayudar a tu cuerpo a producir la melatonina que necesita.

El sueño podría reducir el riesgo de depresión
El sueño afecta a muchos de los químicos en el cuerpo, incluyendo la serotonina. Las personas con una deficiencia de serotonina son más propensas a sufrir de depresión. Puedes ayudar a prevenir la depresión asegurándote de que duermes entre 7 y 9 horas cada noche.

Sueño ayuda al cuerpo a repararse
Hora de dormir
Foto: RIA Novosti
El sueño es un tiempo para que tu cuerpo repare los daños causados ​​por el estrés, los rayos ultravioleta y otras exposiciones dañinas. Las células producen más proteína mientras duermes. Estas moléculas de proteínas permiten al cuerpo reparar los daños.

La investigación científica es reveladora. La pérdida de sueño, e incluso el sueño de mala calidad, pueden conducir a un aumento de los errores en el trabajo, disminución de la productividad o a accidentes que cuestan vidas y recursos. La conciencia puede ayudar a mejorar nuestros hábitos de sueño y, a su vez nuestra seguridad.